"Fuente"1917.
Marcel Duchamp.
Ready-made: urinario de porcelana.
60 cm de altura.
Colección Louise y Walter Arensberg.
Philadelphia Museum of Art.
Philadelphia. USA.
"Cualquier cosa es un monumento, cuatro hierros torcidos todo oxidados." La mamma dixit.
Exclamación que ha soltado mi madre al ver el nuevo monumento en memoria de los caídos del 2 de mayo en Móstoles.
Noticia y foto aquí.
Cuándo un monumento en honor/memoria/conmemoración a algo o a alguien hay que explicarlo para que se entienda malo.
Cuándo te quedas con la sensación de que se están quedando contigo, malo.
Cuándo el periodista de turno se acerca a una mujer y le pregunta qué le parece el monumento y ésta pone la misma cara que mi madre, malo.
Cuándo ese mismo periodista (que no ha pisado un museo en su puta vida), mira de forma condescendiente a la mujer (pobre, qué paleta, no entiende que cuatro hierros son arte) y se empeña en explicarle qué significa, que si libertad, que si mide 2008 x 1808 cm. Joder qué listo el "artista", las medidas son los años del bicentenario. Malo.
Cuándo esa mujer, por miedo a parecer una paleta, termina dando la razón al periodista, no es malo, es horrible.
La gente está acojonada, entra en un museo contemporáneo como asustada. Cuándo hablo de gente me refiero a los no entendidos( ¿hay alguna diferencia entre los entendidos y los no entendidos?, sí, los primeros saben disimular ante un cuadro/escultura/obra y los segundos no).
Y lo peor es que se lo creen todo, por el hecho de que esté colgado en un museo. Y si el que lo colgó es un gilipollas. Es como si de repente alguien dice que comer mierda es genial y todos a comer mierda. Por favor un poco de criterio propio. Tener el valor de plantarte frente a una obra y decir, es una mierda, no la entiendo, no me gusta.
Claro que todo tiene un sentido. Los cambios de estilo, todo se debe a una necesidad de cambio, de investigación, de probar más allá. Pero se corre el riesgo de caer en una situación en la que nadie entiende ni el por qué, ni hacia dónde se va, ni dónde se llegará.
Una vez, una compañera de clase ante un comentario mío, me miró y me dijo es que hay que ser más abierta de mente, ja.
Imbécil de mi, no supe ver la gran obra de arte que suponía atravesar un camión en una carretera del D.F.
A la conversación se unió otro compañero (éste era un hombre más mayor que nosotras, de mediana edad). Él se preguntaba ¿por qué si Santiago Sierra atraviesa un camión en la carretera es arte, y si lo atravieso yo es una multa segura?
Mi respuesta fue simple, es que tú no te llamas Santiago Sierra.
Ese es el problema, el nombre. Artista que se crean y se creen un nombre y a partir de ahí todo vale.
Bueno, majos todos a Móstoles a ver los cuatro hierros torcidos, perdón el monumento. Todos a aplaudir y a felicitar al alcalde por gastarse una millonada en una gilipollez. Después de todo a eso se dedican los alcaldes ¿no?
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