En vistas de como está la situación propongo una alternativa de ocio prudente y cívica al botellón.
Disfrutar de la movida nocturna en la planta de Urgencias de cualquier Hospital.
Una servidora se decidió a vivir la experiencia este viernes noche y el resultado fue, ciertamente, FANTÁSTICO:
1- La Metamorfosis de mi pareja en John Q o de cómo una persona, normalmente amorosa y comedida, pasó de implorar piedad para los que sufren a desear apuntar con un revólver la delicada y sudorosa sien de una enfermera para exigir justicia tras tres horas de desplantes y frases condescendientes.
2- La Fosilización de mi trasero o de cómo se unió y se petrificó este con el asiento de plástico en el que me dejaba morir durante el transcurso de una terrible y lenta agonía.
3- La Aparición de un Chamán o de cómo un hombre, sin necesidad de recurrir a complicados reconocimientos, minuciosos estudios, ni sofisticados procedimientos científicos puede diagnosticar una enfermedad.
El Chamán sólo necesitó poner la palma de sus manos contra mis mejillas y acercar su varita de luz a mi oído para afirmar con voz grave y profunda.
- Es una otitis media.
(Con todo lo que he padecido y todos los medicamentos que he tenido que tomar me pregunto si alguien ha conseguido sobrevivir a una otitis aguda)
Como véis, queridos, se pueden vivir experiencias surrealistas, hilarantes y alucinógenas sin tener por ello que traspasar los márgenes de la ley.
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