Y al final, viajé. No muy lejos, como quería. Apenas tres días, pero bien aprovechados.
Decidimos ir al Valle del Jerte porque él ya lo conocía y yo todavía no, no está demasiado lejos y hay rutas de senderismo sencillitas para hacer. Así que buscamos una habitación que no fuera muy cara (por eso el Túnel del Hada no fue al final nuestra opción, y eso que el nombre -y el que tuviera spa!- me llamaba muchísimo... pero se salía de presupuesto). Y la encontramos en la Hospedería La Serrana, un sitio en el que son más que amables y no es caro... aunque para llegar hay que pasar por unas carreteritas de infarto, de esas que miden metro y medio de ancho, bordeando el precipicio, y pretenden ser de doble sentido... buf!!
Primero, como siempre, aunque fuera un miniviaje, estaba la preparación... porque ya he dicho alguna vez que yo empiezo a disfrutar los viajes desde antes, cuando entras en Internet y ves páginas y páginas, y calculas rutas, ves fotos, mapas... Igual que el disfrute me dura tiempo después, cuando cuento el viaje, organizo las fotos en álbums... Antes, durante y después :-)
Hubo buena comida, mucho contacto con la naturaleza y muuuuucho andar -con buena cara y piernas cansadas-. Hicimos una ruta que está muy cerquita del propio pueblo de Jerte, y que va subiendo el río -la Garganta de los Infiernos, se llama la zona-, hasta llegar a esto:
Los Pilones, zonas donde la erosión del agua en la piedra caliza hace que las rocas tomen esta forma, y donde se han formado a lo largo del tiempo pequeñas pozas donde bañarse. Lástima que hiciera frío para eso...
También visitamos algunos pueblos. Garganta de la Olla, Jerte, Cabezuela del Valle... pequeños pueblos de piedra con balconadas de madera alzándose desde las fachadas, y con el río cruzándolos de punta a punta.
Y el último día vimos el Monasterio de Yuste y el Palacio del Emperador Carlos V, que están por la zona (aunque al Monasterio apenas se puede sino asomarse, porque viven en él monjes en voto de clausura), y ya que estábamos, nos dimos un rodeo hasta las Grutas del Águila, al lado de Arenas de San Pedro, ya en la provincia de Ávila. Yo las había visitado de pequeña y apenas recordaba nada, son bastante imponentes. Nos llevaba un guía/vigilante que nos enseñó algunas cosas curiosas, sitios donde las estalactitas y estalagmitas (ya no recuerdo cuál es cuál) hacían formas de animales o figuras reconocibles... había hasta un número 13 perfectamente dibujado por la roca al caer!. Aunque no se podían hacer fotos, en la web oficial he encontrado ésta:
Donde se puede adivinar la forma de una tortuga... quizá echándole un poco de imaginación, pero bueno, más o menos se ve.
Y más o menos esto fue el miniviaje que hicimos el último puente. Nos faltó traernos una caja de cerezas -licor sí que trajimos, y un par de camisetas también-. Ahora toca ponerse a pensar en las vacaciones de verano, aunque aún falte... y mientras tanto, ver fotos, saborear lo que hicimos ayer y dejar sitio para lo que venga mañana.
Si vas al valle de Jerte, puede servirte:
Decidimos ir al Valle del Jerte porque él ya lo conocía y yo todavía no, no está demasiado lejos y hay rutas de senderismo sencillitas para hacer. Así que buscamos una habitación que no fuera muy cara (por eso el Túnel del Hada no fue al final nuestra opción, y eso que el nombre -y el que tuviera spa!- me llamaba muchísimo... pero se salía de presupuesto). Y la encontramos en la Hospedería La Serrana, un sitio en el que son más que amables y no es caro... aunque para llegar hay que pasar por unas carreteritas de infarto, de esas que miden metro y medio de ancho, bordeando el precipicio, y pretenden ser de doble sentido... buf!!
Primero, como siempre, aunque fuera un miniviaje, estaba la preparación... porque ya he dicho alguna vez que yo empiezo a disfrutar los viajes desde antes, cuando entras en Internet y ves páginas y páginas, y calculas rutas, ves fotos, mapas... Igual que el disfrute me dura tiempo después, cuando cuento el viaje, organizo las fotos en álbums... Antes, durante y después :-)
Hubo buena comida, mucho contacto con la naturaleza y muuuuucho andar -con buena cara y piernas cansadas-. Hicimos una ruta que está muy cerquita del propio pueblo de Jerte, y que va subiendo el río -la Garganta de los Infiernos, se llama la zona-, hasta llegar a esto:
Los Pilones, zonas donde la erosión del agua en la piedra caliza hace que las rocas tomen esta forma, y donde se han formado a lo largo del tiempo pequeñas pozas donde bañarse. Lástima que hiciera frío para eso...
También visitamos algunos pueblos. Garganta de la Olla, Jerte, Cabezuela del Valle... pequeños pueblos de piedra con balconadas de madera alzándose desde las fachadas, y con el río cruzándolos de punta a punta.
Y el último día vimos el Monasterio de Yuste y el Palacio del Emperador Carlos V, que están por la zona (aunque al Monasterio apenas se puede sino asomarse, porque viven en él monjes en voto de clausura), y ya que estábamos, nos dimos un rodeo hasta las Grutas del Águila, al lado de Arenas de San Pedro, ya en la provincia de Ávila. Yo las había visitado de pequeña y apenas recordaba nada, son bastante imponentes. Nos llevaba un guía/vigilante que nos enseñó algunas cosas curiosas, sitios donde las estalactitas y estalagmitas (ya no recuerdo cuál es cuál) hacían formas de animales o figuras reconocibles... había hasta un número 13 perfectamente dibujado por la roca al caer!. Aunque no se podían hacer fotos, en la web oficial he encontrado ésta:
Donde se puede adivinar la forma de una tortuga... quizá echándole un poco de imaginación, pero bueno, más o menos se ve.
Y más o menos esto fue el miniviaje que hicimos el último puente. Nos faltó traernos una caja de cerezas -licor sí que trajimos, y un par de camisetas también-. Ahora toca ponerse a pensar en las vacaciones de verano, aunque aún falte... y mientras tanto, ver fotos, saborear lo que hicimos ayer y dejar sitio para lo que venga mañana.
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Si vas al valle de Jerte, puede servirte:
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