miércoles, 29 de agosto de 2007

Te inventaba conmigo

Aunque tú no lo sepas te inventaba conmigo,
hicimos mil proyectos, paseamos
por todas las ciudades que te gustan,
recordamos canciones, elegimos renuncias,
aprendiendo los dos a convivir
entre la realidad y el pensamiento.

(Luis García Montero)

Aunque tú no lo sepas, te inventaba conmigo. Ya te veía llegar andando hacia mí antes de conocerte, ya curioseaba entre los escondites de tu cuerpo, ya te lamía, besaba, mordía, ya se apropiaban las mariposas de mi estómago, ya me perdía en esos ojos que sonríen, brillantes, en tus labios húmedos, en tu pecho limpio.

Aunque tú no lo sepas, te inventaba conmigo. Hacíamos nuestras ciudades desconocidas, las llenábamos de momentos tuyos, míos; nos perdíamos para encontrarnos en sus rincones, entre alfombras aquí, junto a helechos allá, en medio del desierto, junto a las olas del mar. En sitios donde no habíamos llegado a estar, pero ahora conocemos juntos, en sitios donde aún no hemos estado, pero desnudaremos paseando de la mano.

Aunque tú no lo sepas, te inventaba conmigo. Te recogía en mis manos como figura de barro, y le daba la forma de tu cuerpo, de tu rostro, de tus manos, tu sonrisa, tu sexo. Te moldeaba sintiendo el tacto de la arcilla antecediendo a lo que serían las caricias posteriores, cuando mis manos exploradoras descubrieran tu cuerpo palmo a palmo, centímetro a centímetro.

Aunque tú no lo sepas, ninyo, te inventaba conmigo. Y me reinventaba a mí misma a tu lado, creciendo, volando con mis propias alas por un cielo compartido, el mismo que imaginaba cuando tú no estabas, antes de conocerte, antes de encontrarte. Porque aunque no hubieras llegado, yo... te inventaba conmigo.

[Desconozco el autor de la imagen que encabeza este post. Los versos del principio corresponden al poema "Aunque tú no lo sepas", de Luis García Montero]

Te inventaba conmigo

Aunque tú no lo sepas te inventaba conmigo,
hicimos mil proyectos, paseamos
por todas las ciudades que te gustan,
recordamos canciones, elegimos renuncias,
aprendiendo los dos a convivir
entre la realidad y el pensamiento.

(Luis García Montero)

Aunque tú no lo sepas, te inventaba conmigo. Ya te veía llegar andando hacia mí antes de conocerte, ya curioseaba entre los escondites de tu cuerpo, ya te lamía, besaba, mordía, ya se apropiaban las mariposas de mi estómago, ya me perdía en esos ojos que sonríen, brillantes, en tus labios húmedos, en tu pecho limpio.

Aunque tú no lo sepas, te inventaba conmigo. Hacíamos nuestras ciudades desconocidas, las llenábamos de momentos tuyos, míos; nos perdíamos para encontrarnos en sus rincones, entre alfombras aquí, junto a helechos allá, en medio del desierto, junto a las olas del mar. En sitios donde no habíamos llegado a estar, pero ahora conocemos juntos, en sitios donde aún no hemos estado, pero desnudaremos paseando de la mano.

Aunque tú no lo sepas, te inventaba conmigo. Te recogía en mis manos como figura de barro, y le daba la forma de tu cuerpo, de tu rostro, de tus manos, tu sonrisa, tu sexo. Te moldeaba sintiendo el tacto de la arcilla antecediendo a lo que serían las caricias posteriores, cuando mis manos exploradoras descubrieran tu cuerpo palmo a palmo, centímetro a centímetro.

Aunque tú no lo sepas, ninyo, te inventaba conmigo. Y me reinventaba a mí misma a tu lado, creciendo, volando con mis propias alas por un cielo compartido, el mismo que imaginaba cuando tú no estabas, antes de conocerte, antes de encontrarte. Porque aunque no hubieras llegado, yo... te inventaba conmigo.

[Desconozco el autor de la imagen que encabeza este post. Los versos del principio corresponden al poema "Aunque tú no lo sepas", de Luis García Montero]

domingo, 26 de agosto de 2007

Cajas de zapatos

Cuarenta y dos cajas. Esas son mis pertenencias, y ahora que voy deshaciendo me pregunto dónde tenía metidas yo tantas cosas.

Dice mi hermano que podría hacer un duelo entre libros y cojines, a ver quién ganaba, porque tengo una cantidad acojonante de ambos. Es verdad que me cuesta deshacerme de cosas, aunque libros siempre dono el Día del Libro Solidario; y cojines... no sé de dónde han salido tantos, la verdad (aunque también es verdad que hasta ahora no tenía almohada de verdad y usaba dos cojines grandotes que tengo).

Pero en realidad, si hiciera un duelo como es debido entre lo que va saliendo entre caja y caja... ganarían los montones de cajas de zapatos con recuerdos que guardo. En ellas hay álbumes de fotos y más albumes de fotos, y negativos de fotos y más fotos. Hasta aquí, puede ser normal, somos muchos los que nos aferramos -un poquito- a las imágenes que nos han acompanyado, aquel chico que nos hizo sonreír, un cumpleanyos donde se juntó todo el grupo de amigos, una tarde en el Retiro en blanco y negro, el InterRail descubriendo lugares con el carnet de alberguista en ristre y la mochila con los sacos de dormir, encuentros con gente querida en Barcelona, o Bilbao, o Piedralaves...

Pero hay mucho más aparte de fotos. Por ejemplo, las entradas de las películas que fui a ver al cine con mi primer chico -cuando esa historia terminó, dejé de guardar TODAS las entradas de películas, casi religiosamente-, dibujos especiales que hacía mi siguiente pareja, cartas de companyeros de clase de cuando yo era pequenya, cuentos que escribía de ninya y menos ninya, postales, anuncios, posavasos... un montón de cosas que me traen multitud de recuerdos a mi cabeza. Y, por suerte, la mayoría de ellos me hacen esbozar una sonrisa, y sentirme afortunada por el pasado que ayuda a que hoy sea quien soy.

Eso sí... es lo menos práctico a la hora de mudarse. Y hay quien dice que es mejor viajar ligero de equipaje -no sé si mejor, pero más práctico, ya digo!-, pero yo necesito tener esas cajas de zapatos llenas de pedacitos de mi historia, a veces para refugiarme en ellas, a veces para encontrarme y otras para perderme buceando en papeles, cartas, fotos; a veces para, simplemente, no olvidar quién soy. Y, sin que los recuerdos me limiten -más bien me dan alas-, construir un futuro en el que el pasado no se olvide, sino que sea cimiento básico sobre el que poner los ladrillos del manyana.

[Edito para aclarar que, por supuesto, no son cuarenta y dos cajas de zapatos, las que he trasladado... son cuarenta y dos senyoras cajas, de esas de mudanza. Lo que pasa es que unas cuantas... estaban llenas de esas cajas de zapatos llenas de recuerdos de las que hablo en el post. Hala, por si había llevado a confusión el título y el número.]

[La imagen que encabeza este post es de Víctor Sepúlveda, puedes acceder a su galería de Flickr haciendo click en su nombre]

Cajas de zapatos

Cuarenta y dos cajas. Esas son mis pertenencias, y ahora que voy deshaciendo me pregunto dónde tenía metidas yo tantas cosas.

Dice mi hermano que podría hacer un duelo entre libros y cojines, a ver quién ganaba, porque tengo una cantidad acojonante de ambos. Es verdad que me cuesta deshacerme de cosas, aunque libros siempre dono el Día del Libro Solidario; y cojines... no sé de dónde han salido tantos, la verdad (aunque también es verdad que hasta ahora no tenía almohada de verdad y usaba dos cojines grandotes que tengo).

Pero en realidad, si hiciera un duelo como es debido entre lo que va saliendo entre caja y caja... ganarían los montones de cajas de zapatos con recuerdos que guardo. En ellas hay álbumes de fotos y más albumes de fotos, y negativos de fotos y más fotos. Hasta aquí, puede ser normal, somos muchos los que nos aferramos -un poquito- a las imágenes que nos han acompanyado, aquel chico que nos hizo sonreír, un cumpleanyos donde se juntó todo el grupo de amigos, una tarde en el Retiro en blanco y negro, el InterRail descubriendo lugares con el carnet de alberguista en ristre y la mochila con los sacos de dormir, encuentros con gente querida en Barcelona, o Bilbao, o Piedralaves...

Pero hay mucho más aparte de fotos. Por ejemplo, las entradas de las películas que fui a ver al cine con mi primer chico -cuando esa historia terminó, dejé de guardar TODAS las entradas de películas, casi religiosamente-, dibujos especiales que hacía mi siguiente pareja, cartas de companyeros de clase de cuando yo era pequenya, cuentos que escribía de ninya y menos ninya, postales, anuncios, posavasos... un montón de cosas que me traen multitud de recuerdos a mi cabeza. Y, por suerte, la mayoría de ellos me hacen esbozar una sonrisa, y sentirme afortunada por el pasado que ayuda a que hoy sea quien soy.

Eso sí... es lo menos práctico a la hora de mudarse. Y hay quien dice que es mejor viajar ligero de equipaje -no sé si mejor, pero más práctico, ya digo!-, pero yo necesito tener esas cajas de zapatos llenas de pedacitos de mi historia, a veces para refugiarme en ellas, a veces para encontrarme y otras para perderme buceando en papeles, cartas, fotos; a veces para, simplemente, no olvidar quién soy. Y, sin que los recuerdos me limiten -más bien me dan alas-, construir un futuro en el que el pasado no se olvide, sino que sea cimiento básico sobre el que poner los ladrillos del manyana.

[Edito para aclarar que, por supuesto, no son cuarenta y dos cajas de zapatos, las que he trasladado... son cuarenta y dos senyoras cajas, de esas de mudanza. Lo que pasa es que unas cuantas... estaban llenas de esas cajas de zapatos llenas de recuerdos de las que hablo en el post. Hala, por si había llevado a confusión el título y el número.]

[La imagen que encabeza este post es de Víctor Sepúlveda, puedes acceder a su galería de Flickr haciendo click en su nombre]

6. Otra de pedantería...



Estuve el martes pasado comiendo con una amiga de la universidad y luego nos pasamos por el Prado para ver la exposición de Patinir. A mi la verdad a excepción de un par de cuadros no me llama mucho la atención éste pintor flamenco, eso sí hay que destacar sus paisajes ( en esa época s. XV-XVI, el paisaje casi siempre era un telón de fondo en el cuadro, en cambio Patinir los convierte en protagonistas).
El cuadro de arriba es uno de los que más me gustan y se puede ver en la exposición. Es El paso de la laguna Estigia, inspirado en el mito de Caronte pero dándole un giro cristiano. En la orilla izquierda representa el cielo y en la derecha en infierno. Me gustan los azules que utiliza y la minuciosidad de su dibujo (tranquilos no me voy a poner técnica, jejeje).

Si tenéis la oportunidad de acercaros fijaos en las montañas rocosas de sus paisajes, las suele utilizar en casi todos sus cuadros y son preciosas.


Pero recomendaros la exposición sólo era una mera excusa para hablaros de otro cuadro que también está en el Prado.

Es El lavatorio, un cuadro de Tintoretto (la imagen es muy mala, es un cuadro bastante grande, 2,10x5,33 metros y merece la pena verlo en "vivo y en directo").
Bueno lo que quería contaros de éste cuadro es la perspectiva (no, no voy a hablar en chino), si tenéis la oportunidad de ir a verlo colocaros primero en su esquina derecha mirando siempre la mesa del centro, luego poneros enfrente del cuadro y para terminar colocaros en la esquina izquierda, sin perder de vista la mesa.
A qué viene tanto movimiento, a que Tintoretto consiguió que miraras el cuadro desde dónde lo miraras la mesa parece que siempre está dirigida hacia ti.
Ésta es una de las curiosidades y/o tonterías que se aprende en la facultad y por las que piensas que merece la pena estudiar lo que estudias.
De éste cuadro se pueden contar mil y una cosas, desde la composición hasta los colores que utiliza, si alguien quiere saber más sólo tiene que pedirlo, así sólo aburriré a los que lo pidan que los demás no tienen culpa, jajajaja.
Otra opción es que investiguéis en Internet si no os fiáis de mi, que no deberíais.
Los datos de los cuadros son:
Título: El paso de la laguna Estigia, s. XV-XVI. Autor: Joachim Patinir. Técnica:Óleo sobre tabla. Museo del Prado.
Título: El lavatorio. Año: 1547. Autor: Jacopo Robusti "Tintoretto". Técnica: Óleo sobre lienzo. Museo del Prado.
(No pude evitarlo, parece una ficha técnica para un exámen, tengo un problema, jajajaja).

5. Las citas...(II)






Lo dejamos en la posibilidad de internet. Entras en un chat, te pones tu nick, en mi caso mi nombre y mi año de nacimiento ( me salté la clase dónde te explican que el nombre de tu nick no tiene nada que ver con el verdadero, jejej),ilusa de mi pensando que así me evitaba dos preguntas, pero me desvío.


Bueno pues que empiezas a chatear y vas conociendo chicos, y al que te parece que tiene una conversación amena, que no te ha pedido sexo ni ha insinuado que tiene problemas de fetichismo(esto para otro post), le das tu msn.


Ahí es dónde empieza la criba, están los que te piden la foto antes de decirte hola y si no les gustas te eliminan, los que remolonean pero que sólo buscaban sexo (digo yo, por qué no lo dices desde el principio, joe, así no perdemos el tiempo ni tú ni yo) y con los que conectas, hablas mucho, gustos parecidos, etc.


Entonces viene el siguiente paso, quedar, ufff, yo es que soy así de panoli, cobarde, tímida, desconfiada, se aceptan adjetivos varios, pero me da un "palo" tremendo. Sí ya sé que busco a algún "incauto" y para eso hay que quedar, pero soy así de incoherente, qué le vamos a hacer.


He quedado con cuatro chicos, chateo más o menos desde hace dos años, sí soy lenta, ajjajajaja.


Bueno de esos cuatro me han salido rana 3, al cuarto no le cuento porque sólo he quedado una vez, le daremos tiempo.


Y lo dejo aquí que las entradas muy largas no me gustan.


(Continuará)

4. Las citas...(I)



Llevas 7 años saliendo con un chico, ya se van planteando planes para el futuro, lo felices que sereis, la de perdices que os comereis y de pronto un sábado cómo otro cualquiera él te dice: - oye que quiero darle un giro a mi vida; y sí, en ese giro te baja de la noria. Pasa un tiempo de desenamoramiento, lloros, etc. Y ya estás otra vez dispuesta a conocer a algún incauto, ejjeje, pero ¿dónde conocerás a ese incauto que te va a quitar todas las telarañas que has ido acumulando?.

Bien pensemos en las posibilidades, una de ellas es conocerle en un bar (sí, así se conocía antes a la gente) cuando sales con tus amigas, un momento te queda alguna amiga soltera, ummm no, no me queda, ellas estaban solteras cuándo yo tenía novio ahora las traidoras se han ido emparejando, casando y algunas incluso teniendo hijos, así no se puede, leches.

A ver otra posibilidad, conocer a alguien en la universidad y/o trabajo. Bueno trabajo cuidando niños, descartado, ¿la universidad?, jejejjeje, eso da para otro post.

Entonces me queda la última (buenos, sí, seguro que habrá más opciones), "internete".

Ñ de ñu

Y si me preguntan responderé sin dudar que mi animal preferido es el ñu.
No tiene nada que ver con su imponente cornamenta, su bonito pelaje o su gracioso lomo jorobado, sino por su recurrente nombre.
¿Cuántos puntos habré ganado a su costa en el scrabble?
Llegados a esta letra ¿sobre qué otra cosa hubiera podido postear? (no, no tengo nada interesante que decir respecto a los ñoquis)
¡Gracias ñu! Pero sobretodo ¡gracias al cachondo que decidió ponerle ese nombre!

lunes, 20 de agosto de 2007

Nanai

Le he estado dando muchas vueltas: nadie, nunca, ni, nada, no, nulo, negativo...
Y si no os importa voy a saltármela.
La vida ya es bastante dura como para ir obcecándose en escribir sobre letras tan desalentadoras.

miércoles, 15 de agosto de 2007

Mudanza

Como había empezado a contar en mi anterior post-melodrama, en unos quince días me cambio de casa. Digo adiós a las goteras perennes, al sofá cama eternamente abierto, a la cocina en una pared del salón, a la grieta en la pintura, al telefonillo para todos, a las escaleras del demonio.

Y me marcho a otro piso algo más grande (lo que no es difícil teniendo en cuenta el miniestudio en que he estado estos tres últimos anyos), con las paredes color pastel de las que hablaba hace mucho tiempo, cuando pensaba que las cosas serían distintas y que ésta sería una casa compartida con alguien que hoy está cerca, pero de otra manera. Y me intento dejar contagiar por la ilusión de quien hoy sí me acompanya, que tendrá en casa un cepillo de dientes y un cajón con algo de su ropa, para que sepa que es bien recibido en las noches que decida sustituir al peluche al que abrazo en la cama.

Hoy hemos subido a ver cómo habían dejado los pintores las paredes y el techo, y a hacernos una idea de los muebles... el sofá irá aquí, aquí cabe una estantería, aquí puedes poner la cómoda, y tender por esta ventana.

Luego hemos dado una vuelta por el barrio, manzana arriba, manzana abajo, por aquello de localizar supermercado cercano, frutería, farmacia, tiendas variadas... y a menos de cinco minutos de la casa están la Iglesia Adventista del Séptimo Día y un Convento de las Carmelitas Descalzas, viva y bravo. Sólo me falta una sinagoga y una mezquita en la misma manzana, y seguro que, otra cosa no, pero al menos mi alma estará salvada.

Mudanza

Como había empezado a contar en mi anterior post-melodrama, en unos quince días me cambio de casa. Digo adiós a las goteras perennes, al sofá cama eternamente abierto, a la cocina en una pared del salón, a la grieta en la pintura, al telefonillo para todos, a las escaleras del demonio.

Y me marcho a otro piso algo más grande (lo que no es difícil teniendo en cuenta el miniestudio en que he estado estos tres últimos anyos), con las paredes color pastel de las que hablaba hace mucho tiempo, cuando pensaba que las cosas serían distintas y que ésta sería una casa compartida con alguien que hoy está cerca, pero de otra manera. Y me intento dejar contagiar por la ilusión de quien hoy sí me acompanya, que tendrá en casa un cepillo de dientes y un cajón con algo de su ropa, para que sepa que es bien recibido en las noches que decida sustituir al peluche al que abrazo en la cama.

Hoy hemos subido a ver cómo habían dejado los pintores las paredes y el techo, y a hacernos una idea de los muebles... el sofá irá aquí, aquí cabe una estantería, aquí puedes poner la cómoda, y tender por esta ventana.

Luego hemos dado una vuelta por el barrio, manzana arriba, manzana abajo, por aquello de localizar supermercado cercano, frutería, farmacia, tiendas variadas... y a menos de cinco minutos de la casa están la Iglesia Adventista del Séptimo Día y un Convento de las Carmelitas Descalzas, viva y bravo. Sólo me falta una sinagoga y una mezquita en la misma manzana, y seguro que, otra cosa no, pero al menos mi alma estará salvada.

lunes, 13 de agosto de 2007

3. Soy la leche...


Sí, ya lo sé un título poco modesto pero quién dijo que los modestos son buenas personas, nadie ¿no?, jajaja.
Bueno al grano que me desvío, que por qué soy la leche, símplemente he conseguido abrir los puertos del router para el eMule. Ahora me dirás, pues vaya logro bonita, y yo te diré gracias por lo de bonita y sí ya lo sé abrir los puertos es de lo más simple, eso lo sé ahora. Hace 10 minutos me estaba ciscando en los muertos del router.

Mi relación con el ordenador es de amor odio, más odio que amor aunque ya no le tengo miedo. Hace años sí, le miraba de reojo y estaba convencida de que sólo existía para complicarme la vida peroooo eso cambió cuándo conocí a Jose, a la porra con el miedo, él me decía tu siéntate y zorrea todo lo que quieras que todo tiene arreglo no se va a romper ni nada parecido, y eso es lo que hacía y así fue cómo le perdí el miedo. Todo hay que decirlo, yo no tenía miedo porque podía contar con él, siempre que me sentaba delante del ordenador me preguntaba ¿y esto? y me decía va dale, si se estropea algo tienes a Jose. Pero claro eso cambió cuando Jose decidió darle un giro a su vida, yo me quedé sin chico y sin informático de urgencia, entonces el miedo asomó otra vez y yo me volví loca buscando otro informático de guardia hasta que me dije ala bonita (sí yo también me llamo bonita a mi misma, eso sólo los días que me caigo bien), deja de buscar y a ser valiente, el zorrear no se va a acabar.

Y todo este rollo viene a cuento de que sé abrir los puertos, el día que aprenda a poner vínculos y cosas de esas para que el blog quede más profesional no os librais del post autoalabándome, porque yo lo valgo,ajjaja.

Desde luego este blog empeora por momentos, ¿se podrá comprar la calidad?, ¿tendré que contratar a un "negro" para que escriba mis post? voy a ver si consigo el teléfono de Ana Rosa Quintana.
Un besoooo

lunes, 6 de agosto de 2007

M de Madre


- ¡Ya he encontrado trabajo!
- Estupendo ¿y de tema novios como vamos?
- Creo que es un buen sitio, tendré un sueldo decente, el horario es aceptable y el trabajo es tranquilo, en un banco.
- ¡Un banco! Maravilloso. Seguro que tienes compañeros bien situados...¿Ya te has fijado si hay alguno potable?
- Algo negativo es que tengo que ir con uniforme, no me hace gracia eso de verme cada día igual.
- ¡Ah, con uniforme! Mejor, seguro que te ves muy formalita y elegante, imposible que alguno no se fije en ti...
- Bueno, te dejo que tengo que madrugar muchísimo, ya sabes, la aventura de utilizar RENFE a diario.
- Sí, hija, descansa y tú no te desanimes,¿eh? Ya verás como pronto aparece alguien.

Y así es como Madre(nohaymásqueunaDiosgracias) puede lograr en tan sólo una llamada telefónica de cinco minutos que pases de un estado anímico de euforia a una crisis de depresión aguda.