Aunque tú no lo sepas te inventaba conmigo,
hicimos mil proyectos, paseamos
por todas las ciudades que te gustan,
recordamos canciones, elegimos renuncias,
aprendiendo los dos a convivir
entre la realidad y el pensamiento.
(Luis García Montero)
Aunque tú no lo sepas, te inventaba conmigo. Ya te veía llegar andando hacia mí antes de conocerte, ya curioseaba entre los escondites de tu cuerpo, ya te lamía, besaba, mordía, ya se apropiaban las mariposas de mi estómago, ya me perdía en esos ojos que sonríen, brillantes, en tus labios húmedos, en tu pecho limpio.
Aunque tú no lo sepas, te inventaba conmigo. Hacíamos nuestras ciudades desconocidas, las llenábamos de momentos tuyos, míos; nos perdíamos para encontrarnos en sus rincones, entre alfombras aquí, junto a helechos allá, en medio del desierto, junto a las olas del mar. En sitios donde no habíamos llegado a estar, pero ahora conocemos juntos, en sitios donde aún no hemos estado, pero desnudaremos paseando de la mano.
Aunque tú no lo sepas, te inventaba conmigo. Te recogía en mis manos como figura de barro, y le daba la forma de tu cuerpo, de tu rostro, de tus manos, tu sonrisa, tu sexo. Te moldeaba sintiendo el tacto de la arcilla antecediendo a lo que serían las caricias posteriores, cuando mis manos exploradoras descubrieran tu cuerpo palmo a palmo, centímetro a centímetro.
Aunque tú no lo sepas, ninyo, te inventaba conmigo. Y me reinventaba a mí misma a tu lado, creciendo, volando con mis propias alas por un cielo compartido, el mismo que imaginaba cuando tú no estabas, antes de conocerte, antes de encontrarte. Porque aunque no hubieras llegado, yo... te inventaba conmigo.
[Desconozco el autor de la imagen que encabeza este post. Los versos del principio corresponden al poema "Aunque tú no lo sepas", de Luis García Montero]
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