Cada uno de nosotros llevamos dentro nuestros propios Horrores, algunos de ellos que merecerían la mayúscula sin dudarlo. Pero incluso los que no, pueden seguir siendo nuestros horrores particulares, enormes por propios, por el sufrimiento que nos provocan, por la incomprensón que pueden generar en otros -o en nosotros mismos-.
Cada uno carga con ese fardo a sus espaldas, y a veces las cargas se llevan a duras penas en solitario, y ralentizan nuestro paso, y nos hacen encorvarnos bajo su peso.
Cómo puedes seguir adelante?
A veces te harás la pregunta, y te contestarás que no hay otro camino, que mientras queden fuerzas sólo puedes caminar y caminar aunque las más de las veces no sepas hacia dónde, pero caminas porque aprendiste que sentarte era peligroso. Y sabes que tu horror no es ni mucho menos el de otros, pero te es propio y no te deja, y con tu cabeza como Reino enturbia tus suenyos y te quita el aliento y no puedes evitarlo, y eso lo hace tu pequenyo gran Horror, también con mayúscula. Pero sigues adelante si encuentras fuerzas para otro paso...
Y a veces, como Hannah, piensas que tal vez un día rompas a llorar, no manyana ni al otro pero un día, y no sepas cómo parar una vez comiences, y con tus lágrimas inundes la habitación y te ahogues, y ahogues contigo a aquel que se haya atrevido a acompanyarte en tu camino, si es que alguien lo ha hecho.
Aprenderé a nadar, Hannah.
Y esas son palabras-bálsamo, palabras-esperanza, palabras-cuerda a la que atarse para seguir. Porque quizás te cruces con alguien que no tema a las lágrimas, y que cuando le plantees lo que llevas dentro, tu horror al que no sabes si poner o no mayúsculas pero que a ti te anula tantas veces... no mire hacia otro lado, no te cuelgue carteles, no dibuje senyales de prohibido que te acorralen, no te haga sentir responsabilidad y carga inmensas con las que nadie puede...
...tal vez haga algo tan extranyo y valioso como aprender a nadar.
[La película LA VIDA SECRETA DE LAS PALABRAS sigue proyectándose en los cines, y es una auténtica gozada de la mano de Isabel Coixet, con Tim Robbins, Sarah Polley o Javier Cámara en la pantalla. Página oficial de la película AQUÍ]
Cada uno carga con ese fardo a sus espaldas, y a veces las cargas se llevan a duras penas en solitario, y ralentizan nuestro paso, y nos hacen encorvarnos bajo su peso.
Cómo puedes seguir adelante?
A veces te harás la pregunta, y te contestarás que no hay otro camino, que mientras queden fuerzas sólo puedes caminar y caminar aunque las más de las veces no sepas hacia dónde, pero caminas porque aprendiste que sentarte era peligroso. Y sabes que tu horror no es ni mucho menos el de otros, pero te es propio y no te deja, y con tu cabeza como Reino enturbia tus suenyos y te quita el aliento y no puedes evitarlo, y eso lo hace tu pequenyo gran Horror, también con mayúscula. Pero sigues adelante si encuentras fuerzas para otro paso...
Y a veces, como Hannah, piensas que tal vez un día rompas a llorar, no manyana ni al otro pero un día, y no sepas cómo parar una vez comiences, y con tus lágrimas inundes la habitación y te ahogues, y ahogues contigo a aquel que se haya atrevido a acompanyarte en tu camino, si es que alguien lo ha hecho.
Aprenderé a nadar, Hannah.
Y esas son palabras-bálsamo, palabras-esperanza, palabras-cuerda a la que atarse para seguir. Porque quizás te cruces con alguien que no tema a las lágrimas, y que cuando le plantees lo que llevas dentro, tu horror al que no sabes si poner o no mayúsculas pero que a ti te anula tantas veces... no mire hacia otro lado, no te cuelgue carteles, no dibuje senyales de prohibido que te acorralen, no te haga sentir responsabilidad y carga inmensas con las que nadie puede...
...tal vez haga algo tan extranyo y valioso como aprender a nadar.
[La película LA VIDA SECRETA DE LAS PALABRAS sigue proyectándose en los cines, y es una auténtica gozada de la mano de Isabel Coixet, con Tim Robbins, Sarah Polley o Javier Cámara en la pantalla. Página oficial de la película AQUÍ]
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