Sr. Bailongo era bastante divertido, moderadamente sofisticado y muy atractivo.
Sin embargo, al preguntarme si quería subir a tomar la penúltima copa en su apartamento mi respuesta fue negativa.
Y es que a medida que avanzó la exposición de dos horas sobre los defectos y virtudes de su ex yo me fui dando cuenta de que a mi se me estaba haciendo tarde.
Obviamente, a él se le estaba haciendo pronto.
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