Vuelvo a este blog que tenía tan abandonado, el pobre, porque de nuevo lo que pasa por mi cabeza es mejor que lo grite en silencio, que se quede en esas palabras que nadie escucha.
Ayer hablé contigo y retrocedimos lo poco que habíamos sido capaces de avanzar en todos estos meses. Otra vez volvemos a la espera, al no saber, al hueco dentro del pecho. Una vez más soy declarada persona non grata y tengo que conformarme, y entender y ponerme en tu lugar y saber que para ti también es duro y que no es lo que querrías. Volver a agarrarme a la tenue esperanza de que algún día sabremos construir un futuro diferente.
Pero ese futuro no llegará nunca si no trabajamos por él, si no dejamos de castigar y de mezclar relaciones que no tienen nada que ver. Me decías que el que L. estuviera contigo tenía mucho que ver. Pero L. no soy yo, y la relación que tienes con ella no debería impedir la que podrías tener conmigo. Yo nunca te impedí tener los vínculos que tú eligieras, aunque algunos me hicieran sentir insegura. Deberías ser más fuerte, deberías ser más Tú.
Llevamos diez meses jugando a darnos tiempo para encontrar nuestros caminos, y desde ahí, el de encuentro. Pero a veces pienso que sólo yo quiero que volvamos a encontrarnos de alguna manera... pese a tus palabras.
Ayer hablamos y de nuevo hice lo que sentí que tenía que hacer, cumplí con mi deber y guardé las palabras que no quieres oír. Te apoyé, te dije que no te preocuparas y que confiaba en tu buen criterio. Que sabía que acabaríamos encontrando sin hacernos más danyo más tarde o más temprano. Quise allanarte el camino, quise que uno de los dos se sintiera mejor después de la conversación. No te quiero sufriendo...
...pero inevitablemente yo me perdía en el camino. Es duro que no pudiera defenderme, que no pueda pelearme mi espacio para no ponerte las cosas más difíciles. No puedo apostar por mí porque entre Tú y Yo, apuesto por ti.
Hace unas semanas elegí dejar de tomar la medicación, estar más despierta aunque la lucidez me da también algo de miedo. Hoy creo que tendré que volver al letargo para aplacar un poco la sensación de ahogo en el pecho.
Diez meses. Y un futuro distinto que no llega. Que hoy está más lejos que ayer.
Ayer hablé contigo y retrocedimos lo poco que habíamos sido capaces de avanzar en todos estos meses. Otra vez volvemos a la espera, al no saber, al hueco dentro del pecho. Una vez más soy declarada persona non grata y tengo que conformarme, y entender y ponerme en tu lugar y saber que para ti también es duro y que no es lo que querrías. Volver a agarrarme a la tenue esperanza de que algún día sabremos construir un futuro diferente.
Pero ese futuro no llegará nunca si no trabajamos por él, si no dejamos de castigar y de mezclar relaciones que no tienen nada que ver. Me decías que el que L. estuviera contigo tenía mucho que ver. Pero L. no soy yo, y la relación que tienes con ella no debería impedir la que podrías tener conmigo. Yo nunca te impedí tener los vínculos que tú eligieras, aunque algunos me hicieran sentir insegura. Deberías ser más fuerte, deberías ser más Tú.
Llevamos diez meses jugando a darnos tiempo para encontrar nuestros caminos, y desde ahí, el de encuentro. Pero a veces pienso que sólo yo quiero que volvamos a encontrarnos de alguna manera... pese a tus palabras.
Ayer hablamos y de nuevo hice lo que sentí que tenía que hacer, cumplí con mi deber y guardé las palabras que no quieres oír. Te apoyé, te dije que no te preocuparas y que confiaba en tu buen criterio. Que sabía que acabaríamos encontrando sin hacernos más danyo más tarde o más temprano. Quise allanarte el camino, quise que uno de los dos se sintiera mejor después de la conversación. No te quiero sufriendo...
...pero inevitablemente yo me perdía en el camino. Es duro que no pudiera defenderme, que no pueda pelearme mi espacio para no ponerte las cosas más difíciles. No puedo apostar por mí porque entre Tú y Yo, apuesto por ti.
Hace unas semanas elegí dejar de tomar la medicación, estar más despierta aunque la lucidez me da también algo de miedo. Hoy creo que tendré que volver al letargo para aplacar un poco la sensación de ahogo en el pecho.
Diez meses. Y un futuro distinto que no llega. Que hoy está más lejos que ayer.
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