El anyo pasado pensaste que si cerrabas la puerta bien fuerte, que si la atrancabas con unas cuantas sillas y echabas el Candado de las Siete Llaves, Marzo no encontraría la manera de entrar en ti. Que si no hacías caso al timbre dejaría de sonar. Que si no te atrevías a asomarte a la mirilla no verías a nadie, y a lo mejor... no habría nadie. Que si te escondías lejos de tu mes fantasma, no te encontraría.
Y te equivocaste, claro. Dio contigo y te hizo chiquita, te inundó de lágrimas encarnadas y transparentes, se llevó tu aire y te llenó de punyales, algunos días los punyales de siempre, los días clave, punyales de oro sólo para tus entranyas, regalo personalizado, sólo para tus ojos. Marzo fue, como sólo él sabe serlo, el principio de un Fin que acabarías firmando suplicando un respiro, un descanso que no sabías darte de otra manera, bandera blanca, vencida.
Este anyo pensaste que si no mirabas el calendario los meses no se sucederían, que si no lo nombrabas Marzo olvidaría quién era, quién es, qué poder tiene sobre ti. Pensaste que si hacías planes tu mes fantasma no impondría los suyos, que si te rodeabas de gente que siembra sonrisas en ti, no habría sitio para las sombras asesinas que este mes siempre invita a tu casa.
Y te equivocaste, claro. Porque los días siguen ahí, en el calendario, amenazantes. Porque piensas en conversaciones que vendrán y sabes que no encontrarás las palabras. Porque los aniversarios que se acercan se llevaron tu ropa la otra noche y esperas desnuda, helada. Porque estás tan blandita que conviertes en dagas envenenadas lo que sólo son gestos, y harás verdaderas bombas de los ataques por venir. Porque nunca te sientes tan sola como cuando lloras sola.
Porque vuelves a recordar aquella sensación de la que van a cumplirse diez anyos, cuando te creíste vencedora a tu manera, la única manera en que sabes ganar la continua pelea con tus demonios. Recuerdas, y echas de menos. Y nada te acaricia como te acarició Ella aquella noche, ninguna promesa al oído lleva tanta paz. Y sabes que no es tu camino, que sólo puedes seguir andando, pero si siempre es difícil, nunca la cuesta arriba es como la de este mes. Nunca el viento corta tanto tu rostro. Nunca hay tantas zancadillas, tanto tropiezo, tanta herida abierta.
La prueba, esta tarde. A Marzo le han bastado dos días para ganarte la primera batalla. Y tiene más de treinta... yo no apostaría por ti.
(Gritos en silencio, para nadie, para nada. Comopuedesdecireso's.)
[La imagen que encabeza este post se llama Mourning Wood - Tears, del artista Luke Chueh. Tiene una galería más que interesante que puedes visitar haciendo click AQUÍ. Gracias a pezhammer por dármelo a conocer]
Y te equivocaste, claro. Dio contigo y te hizo chiquita, te inundó de lágrimas encarnadas y transparentes, se llevó tu aire y te llenó de punyales, algunos días los punyales de siempre, los días clave, punyales de oro sólo para tus entranyas, regalo personalizado, sólo para tus ojos. Marzo fue, como sólo él sabe serlo, el principio de un Fin que acabarías firmando suplicando un respiro, un descanso que no sabías darte de otra manera, bandera blanca, vencida.
Este anyo pensaste que si no mirabas el calendario los meses no se sucederían, que si no lo nombrabas Marzo olvidaría quién era, quién es, qué poder tiene sobre ti. Pensaste que si hacías planes tu mes fantasma no impondría los suyos, que si te rodeabas de gente que siembra sonrisas en ti, no habría sitio para las sombras asesinas que este mes siempre invita a tu casa.
Y te equivocaste, claro. Porque los días siguen ahí, en el calendario, amenazantes. Porque piensas en conversaciones que vendrán y sabes que no encontrarás las palabras. Porque los aniversarios que se acercan se llevaron tu ropa la otra noche y esperas desnuda, helada. Porque estás tan blandita que conviertes en dagas envenenadas lo que sólo son gestos, y harás verdaderas bombas de los ataques por venir. Porque nunca te sientes tan sola como cuando lloras sola.
Porque vuelves a recordar aquella sensación de la que van a cumplirse diez anyos, cuando te creíste vencedora a tu manera, la única manera en que sabes ganar la continua pelea con tus demonios. Recuerdas, y echas de menos. Y nada te acaricia como te acarició Ella aquella noche, ninguna promesa al oído lleva tanta paz. Y sabes que no es tu camino, que sólo puedes seguir andando, pero si siempre es difícil, nunca la cuesta arriba es como la de este mes. Nunca el viento corta tanto tu rostro. Nunca hay tantas zancadillas, tanto tropiezo, tanta herida abierta.
La prueba, esta tarde. A Marzo le han bastado dos días para ganarte la primera batalla. Y tiene más de treinta... yo no apostaría por ti.
(Gritos en silencio, para nadie, para nada. Comopuedesdecireso's.)
[La imagen que encabeza este post se llama Mourning Wood - Tears, del artista Luke Chueh. Tiene una galería más que interesante que puedes visitar haciendo click AQUÍ. Gracias a pezhammer por dármelo a conocer]
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