Azafata, mi compañera de trabajo, cogía esta mañana de su bolso Gucci un pequeño estuchito Luis Vuitton, donde guarda un bolígrafo a juego con su agenda Guess y, mientras anotaba algo y se ajustaba debidamente las gafas Prada, me suelta:
- Uff, qué poco queda para San Valentín. ¡Me repatean estas fiestas taaan consumistas!
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