Los adolescentes son un segmento del mercado cada vez más atractivo para las diversas industrias de Estados Unidos; entre ellas, sin duda, la del cine y la literatura, que crean modelos, que rápidamente son imitados por los jóvenes de otras latitudes, en una reacción en cadena difícil de cuantificar a priori.
Esta cinta entra en esta categoría, ya que su temática, adolescente y oscura, y a pesar del bajo presupuesto, ha generado un altísimo interés de taquilla en el país del norte, que hace interesante su análisis y seguimiento. “Crepúsculo” (2008), dirigida por Catherine Hardwicke, está basada en la novela “Twilight”, publicada en 2005 por Stephenie Meyer y que forma parte de una tetralogía sobre la misma temática: amor adolescente y vampiros, en una suerte de romanticismo decadente, que puede transformarse rápidamente en tendencia.
Hardwicke, de 53 años, había dirigido “13” (2003), “Lords of Dogtown” (2005) e “Historia de Navidad” (2006), en los cuales demuestra una especial sensibilidad y preocupación por los temas juveniles, sorteando con acierto la sensiblería y el facilismo.
En “Crepúsculo”, la fortaleza reside en el guión, el cual establece claramente una pareja protagónica: Bella Swann (una sobreactuada Kristen Stewart ), una bonita joven de 17 años que debe trasladarse desde la soleada Arizona al pueblo de Forks, en el húmedo estado de Washington, con su padre, Charlie (Billy Burke), jefe de la policía; por el reciente segundo matrimonio de su madre; y Edward Cullen (Robert Pattinson), compañero de aquella en su nueva secundaria, pálido, atractivo y distante, y perteneciente a una familia de vampiros “vegetarianos” (que no beben sangre humana, sólo de animales).
Aparte de la candente historia de amor que se establece entre ambos, desde el minuto que se conocen, con todas las extrañas circunstancias que eso puede causar, ya que Edward no quiere que Bella se transforme en vampiro y desea que siga siendo humana; el guión se orden en torno a la relación de ambos con diversos grupos de personajes, cada cual simboliza algo diferente.
Por una lado está toda la familia Cullen, al mando del buen doctor Carlisle (Meter Facinelli), impresionantes visualmente, sobre todo cuando juegan béisbol y cuando se suben a toda velocidad a las copas de los árboles; pero también los amigos normales de Bella en el colegio, adolescentes gritones, pero buenas personas, que la conectan con la realidad prosaica, con la cual cada vez tiene menos que ver, a raíz de su involucramiento con Edward.
Además, están los vampiros malos, que sí son “carnívoros”, entre los cuales destaca James (Cam Gigandet), ya que se obsesiona con atrapar a Bella, generando un conflicto de proporciones entre los dos grupos de vampiros; y los indígenas locales, descendientes de lobos, los enemigos clásicos de los vampiros, uno de los cuales, Jacob Black (Taylor Lautner), es una amigo de infancia de Bella, lo que provoca otro conflicto, que no se alcanza a resolver en este filme, por lo cual la secuela queda sugerida en un final abierto.
(VER SITIO OFICIAL) “CREPUSCULO”
Alvaro Inostroza Bidart
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