Desde el día de Reyes, y de forma temporal, tengo acogida en mi casa una pequenya gatita de ocho meses. Su duenya -mi prima- no podía hacerse cargo de ella por una temporada y me pidió el favor de quedármela yo unas semanas, hasta que ella le encuentre familia a una perra grande que se encontró abandonada, y yo acepté.
He tenido dos gatos en mi vida. El primero de ellos lo recogió mi hermano de la calle después de que el gato le hiciera monerías y le siguiera hasta casa... el pequenyo, muy listo, se ganó enseguida a mi madre -que nunca había tenido animales en casa-, y aunque en principio sólo íbamos a a guardarle hasta que le encontráramos otro lugar, al final se quedó con nosotros. No vivió mucho, tenía leucemia (quizá por eso le abandonaron, hay que tener poco corazón), y fue triste despedirnos de él, pero estuvo bien cuidado el tiempo que fue uno más de la familia, anyo y medio aproximadamente.
El segundo gato me lo dieron de cachorrito, también lo habían encontrado abandonado, esta vez en una cuneta. Atigrado y oscuro, más independiente que el primero, al que le encantaba estar encima o al lado en el sofá, ahora va camino de los trece anyos y vive con mi madre.
En esta casa nunca había tenido ningún animal, y seguramente cuando la gatita vuelva con mi prima siga sin tenerlo, no sé qué haría con él en vacaciones o algunas rachas que paso en casa de mi pareja... pero estos días acompanyada por la gatita están siendo un paréntesis muy agradable. Es muy mimosa, se enrosca a los pies de mi cama a la hora de dormir o se queda conmigo en el sofá cuando veo el telediario, ronroneando y lamiéndose la patita. Es tan fácil encarinyarse con ella... todavía tendré que secuestrarla cuando su duenya pueda volver a quedársela!
Al final, y como suele suceder, el favor que le estoy haciendo a mi prima está siendo también un favor para mí... :-)
He tenido dos gatos en mi vida. El primero de ellos lo recogió mi hermano de la calle después de que el gato le hiciera monerías y le siguiera hasta casa... el pequenyo, muy listo, se ganó enseguida a mi madre -que nunca había tenido animales en casa-, y aunque en principio sólo íbamos a a guardarle hasta que le encontráramos otro lugar, al final se quedó con nosotros. No vivió mucho, tenía leucemia (quizá por eso le abandonaron, hay que tener poco corazón), y fue triste despedirnos de él, pero estuvo bien cuidado el tiempo que fue uno más de la familia, anyo y medio aproximadamente.
El segundo gato me lo dieron de cachorrito, también lo habían encontrado abandonado, esta vez en una cuneta. Atigrado y oscuro, más independiente que el primero, al que le encantaba estar encima o al lado en el sofá, ahora va camino de los trece anyos y vive con mi madre.
En esta casa nunca había tenido ningún animal, y seguramente cuando la gatita vuelva con mi prima siga sin tenerlo, no sé qué haría con él en vacaciones o algunas rachas que paso en casa de mi pareja... pero estos días acompanyada por la gatita están siendo un paréntesis muy agradable. Es muy mimosa, se enrosca a los pies de mi cama a la hora de dormir o se queda conmigo en el sofá cuando veo el telediario, ronroneando y lamiéndose la patita. Es tan fácil encarinyarse con ella... todavía tendré que secuestrarla cuando su duenya pueda volver a quedársela!
Al final, y como suele suceder, el favor que le estoy haciendo a mi prima está siendo también un favor para mí... :-)
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