Esa sería la radiografía que me gustaría hacerme. Me temo que, si me la hiciera, el resultado sería distinto. Porque a veces me la hago, miro dentro de mí y me exploro con mis rayos x de disenyo que venían de regalo con los anyos de terapia, y lo que veo... bueno, no es esa foto. Corresponde más a una amalgama de sensaciones que me da más de un dolor de cabeza.
Soy dulzura, carinyo y ternura, de esos que brotan espontáneos sin pensar si serán bien recibidos o no, de los que no cogen las maletas para huir cuando reciben un portazo. Soy lealtad, soy empatía y soy memoria y recuerdos. Soy un poco de todos los Él que han pasado cerca, que instalaron colonias de mariposas en mi estómago. Soy la media sonrisa con que me visto por las manyanas, en parte por no preocupar y en parte para convencerme de que alguna manyana me sorprenderé despertándome con ella puesta porque ya ha encontrado el camino de regreso a mis labios por su propio pie. Soy el abrazo que a veces me doy yo misma porque tengo demasiado frío. Soy la melancolía de lo perdido, de la cercanía por recuperar quién-sabe-cuándo, del lado vacío de la cama, de los títulos de libros compartidos, de diálogos de películas aprendidos de memoria. Soy las ganas de pelearme el mundo, soy la risa en cascada en noches valencianas, soy la ironía suave y los ojos brillantes, despiertos, vivos.
Y soy más cosas, algunas de las que no me gusta hablar y que intento obviar pero están ahí, una buena radiografía las desvelaría. Soy la rabia -o Rabia- de no haber entendido golpes innecesarios, crueles, que jamás tuvieron respuesta pero que no se borran. La Rabia de aprender lo vacías que están esas frases que hablan de un supuesto Tiempo que pone a la gente en su lugar y da a cada cual lo que merece, de que las cosas caen por su propio peso y uno recoge lo que siembra. La Rabia de amanecer con la tormenta sobre mi cielo y saber un sol brillando en el cielo de quien fabrica rayos y truenos en sus ratos libres.
Seguramente una radiografía certera revelaría cómo en mi estómago puede que aleteen aún unas mariposas perdidas, pero se vería también como al revolotear salpican gotas del veneno en que se deshizo esa rabia de la que hablo. Porque soy sonrisa, ternura y calidez, pero también puedo morderme la lengua y tragar litros del veneno del que me han llenado.
Me pregunto si las mariposas serán inmunes. Si podrían ellas beberse el veneno y quitármelo de dentro. Y sobre todo, me pregunto si volverán a revolotear con la alegría con que lo hacían. Haciéndome cosquillas. Primer plano en cualquier radiografía. Otra vez esa sensación...
[Escuchando "No", del disco Fijación Oral, de Shakira]
[No se puede vivir con tanto veneno,
no se puede dedicar el alma
a acumular intentos...]
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Edito para anyadir el vídeo de la canción que estaba escuchando (empalagosa hasta decir basta), como extraordinario momento karaoke y regalo personal para mí misma, que me ha gustado el vídeo. Me gusta Shakira, sip, no todo va a ser saplanpugmuá. Y podéis no darle al play -vosotros os lo perdéis- pero yo lo tendré localizadito aquí debajo, muahahaha.
En ocasiones, veo mariposas.
Buenas noches, dulces suenyos.
Buenas noches, dulces suenyos.
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