Cuando decides ponerte a dieta el mundo entero conspira para que comas.
Y no, no hablo de brócoli, lechuga, cereales Special K o pechuga de pavo.
Seamos serios, con eso no se puede tentar a nadie.
Hablo de comida de verdad.
En el dormitorio, sobre la mesilla de noche, pañuelos con aroma a miel.
Mensaje subliminar: deliciosos pastelillos de hojaldre.
En el lavabo, al ducharte, suavizante con extracto de plátano.
Mensaje subliminar: Blanana Split.
En el salón, sobre la mesa, velitas perfumadas de vainilla.
Mensaje subliminar: Häagen-Dazs con nueces de macadamia.
En el gimnasio, en los vestuarios, jaboncitos de coco.
Mensaje subliminar: bolitas navideñas recubiertas de chocolate.
En internet, saltando de blog en blog, esto
Esta vez ni siquiera se han tomado la molestia de que el mensaje sea subliminar...
A una le entran ganas de meterse en la cama, taparse hasta arriba y ponerse a contar ovejitas.
Mensaje subliminar: riquísimas costillitas de cordero.
¡Dios Santo!
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