Ibas en tu coche blanco esta mañana.
Supongo que al trabajo, supongo que medio dormido.
Era demasiado pronto y pisabas demasiado el acelerador.
De repente has escuchado un grito.
Imaginas que de una madre llamando a su hija.
De repente un golpe seco en el coche.
Imaginas que le has dado a la niña.
No has tenido tiempo de imaginar más porque has seguido pisando el acelerador.
La madre no era una madre, soy yo.
La niña no era un niña, es la Perra-Foca.
Ambas estamos bien.
Pero tú eso no lo sabes.
Que mi grito y la incertidumbre te acompañen durante mucho tiempo.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario