Dejaros estar de puenting, ala delta, rafting ni parapente.
Un cubano con una cuchilla y un tic nervioso en la mano derecha.
Y tú, que sueñas con dejar de parecerte a Frida Khalo, vas a permitir que te depile las cejas.
En ese sillón de peluquería se descarga más adrenalina que en el asiento del Dragon Khan.
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