A Perra-Foca no le gustan los animales.
Ya lo comenté.
Pero siempre existen las excepciones.
Su excepción es un Carlino con el que mantiene una relación matutina en el parque.
Se deja olisquear por él y en ocasiones, cuando ella debe considerar que lo merece, le da un lametón en el morro.
Esta mañana su historia de amor ha sufrido un pequeño revés.
Sólo hay una cosa que le guste más a la Perra- Foca que los balones, las botellas de plástico.
Cuando el Carlino ha llegado ella paseaba orgullosa, botella recién adquirida en boca.
Él se ha acercado a saludarla y ella ha interpretado que le iba a robar su preciado juguete.
Perra-Foca ha gruñido y él se ha alejado cabizbajo, a emborracharse probablemente.
Perra-Foca no se entrega.
Tiene sus prioridades y la fundamental no es el amor.
¿Pero a quién habrá salido?
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