viernes, 16 de junio de 2006

Yuna y yo

Es muy difícil que a mí me enganche un juego. Suelo jugar a tonterías, hace anyos me enganchó un poco el Civilization y también me gustó el Diablo II un rato, pero normalmente los juegos me aburren, me aburren sus historias.

Excepto en éste. El Final Fantasy X me atrapó casi desde el principio, la historia del ninyo que hubiera querido que su padre se sintiera orgulloso de él y nunca ha tenido esa sensación, y cómo se encuentra con otra chica, Yuna, que también sigue el camino de su propio padre. Me engancharon los personajes, me enganchó la historia y lo pasé muy bien jugando (aunque ahora es otro más de esos recuerdos que me dejan una sensación agridulce). Mi fondo de escritorio es una imagen de ella, podría ser mi avatar si no hubiera escogido la foto de "El grito", que en realidad responde más a la cara de mí que muestro en el blog.

Ésta es una de mis escenas favoritas. En el juego, cuando alguien muere, un Invocador debe mostrarle el camino que debe tomar su alma para no quedar vagando eternamente en tierra de nadie. Aquí Yuna hace ese ritual y las almas van encontrando poco a poco su camino, mientras sus seres queridos se despiden de ellas.

La escena me lleva de nuevo a mi obsesión particular, a cómo lidio con los recuerdos, lo presentes que los tengo o el camino que voy ensenyándoles a tomar para que estén presentes, sí, pero sin tapar la entrada de los recuerdos nuevos que sin duda habrán de venir. Y me siento un poco Yuna encima de las aguas, colocando aquí y allá, dejando éste que duele tanto un poquito detrás y poniendo delante suyo éste otro que trae una ancha sonrisa de la mano.

Porque lo que sí que hago bien es quedarme con lo que sí vale la pena, y rechazar el resto. Por eso no tengo en cuenta los gritos que hubo en mi primera relación, que los hubo, pero yo recuerdo con mucha más intensidad su sonrisa, su olor, su pelo rizado y su manera de acariciarme. Porque sé quedarme con lo bueno, a veces incluso demasiado porque llego a idealizar un pasado que también tenía sus baches.

Pero prefiero dejar a un lado los malos recuerdos y quedarme con el jardín que construimos, y que siga floreciendo en mí, aun sabiendo que tendré que crear otros jardines también por donde pasear con otras personas. Pero no quiero, no sabría aunque quisiera, renunciar a los primeros, que forman ya parte de mí para siempre.

Esta escena de Yuna enviando las almas a donde corresponde me recuerda todo esto. Y hoy, que no tenía demasiado que contar, me he decidido a compartir este trocito de Gacela_friki que juega al Final Fantasy y además... lo vive. Como siempre, intensidad-intensidad, toda yo soy intensidad... hasta jugando ;-)

Os dejo una de las canciones del juego también, Suteki da ne, una de las que más me relaja. No estoy segura de que esté correcta del todo, pero encontrais la letra y su traducción al inglés AQUÍ.


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