Mi escote perturba al personal de la oficina.
Eso me ha comunicado la responsable de Recursos Humanos.
Según ella, son órdenes de Presidencia.
Dado que ni ella ni el Presidente acostumbran a estar en mi oficina deduzco que una tercera persona les ha pasado la información.
Antes de hablarlo conmigo se ha comunicado el tema a mi Director y a la responsable de otro Departamento.
Concluyo que ha habido un mínimo de cinco personas hablando sobre mis pechos en esta empresa.
Vaya, tengo suerte de trabajar en un sitio donde todo está tan bajo control que los altos cargos pueden tomarse el capricho de perder el tiempo hablando de moda, corte y confección
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