Sucede que me canso de mis pies y mis unyas
y mi pelo y mi sombra.
Sucede que me canso de ser hombre.
-Pablo Neruda-
y mi pelo y mi sombra.
Sucede que me canso de ser hombre.
-Pablo Neruda-
Neruda se cansaba de ser hombre, de ser raíz en las tinieblas, de morirse de pena. Ismael Serrano, hace menos tiempo, le tomaba prestado ese verso a Neruda para cantar algo parecido sobre cansarse de ser hombre, de perderte y saber que estamos solos.
A veces yo también me canso. Incluso en las buenas épocas, que las hay y seguramente esté en una de ellas, me canso de sentirme frágil, de saberme inestable, me canso de la permanente montanya rusa en la que estoy montada. Porque sé que subo, y a veces el viento me da en la cara y me refresca y sonrío, y estoy allí arriba rozando las nubes con la mano, perdida -¿encontrada?- en un abrazo o compartiendo risas, vecina de pájaros, estrellas y demás habitantes del cielo, feliz si es que la felicidad son esos instantes a los que no hay que pedirles más sino saborearlos y guardarlos para cuando hagan falta más adelante...
...pero pareciera que mi rodilla es débil y que en cualquier momento hace crac, tropiezo y caigo, la montanya rusa sigue su camino y bajo cada vez más rápido, caida en picado hacia el suelo, loopings en los que te mareas, todo el cuerpo se revuelve en sacudidas rápidas e inesperadas y tienes que cerrar los ojos porque mirar te da demasiado miedo. Y te olvidas de que hace unos instantes paseabas entre nubes porque ya sólo hay la angustia de saberte de porcelana, ninya de cristal a punto de romperse en mil pedacitos, lanzada violentamente hacia abajo, tierra que se acerca peligrosamente para tragarte -y ojalá lo hiciera.
Los ojos se empanyan y la voz se entrecorta, como ayer, como manyana; y lo peor es que esta sensación que te atrapa te convence de que siempre estará detrás, que siempre será la música de fondo que te acompanye aunque a veces te crezcan alas y vueles. Que tu risa tiene siempre los minutos contados para verse sustituida por lágrimas, que esos instantes felices se escapan siempre de las manos como arena que se escurre entre los dedos, que incluso en las mejores rachas hay que encerrarse en el banyo para que no vean cómo te deshaces, que nunca dejas de ser dos.
Y a veces me canso, no de ser hombre, no de ser mujer... me canso de ser montanya rusa eterna. Me canso de ser Yo.
[La imagen que encabeza este post es de la galería que Kwo tiene en flickr, a la que puedes acceder AQUÍ. El primer párrafo es una cita del poema "Walking Around" del chileno Pablo Neruda, y la canción a la que hago referencia de Ismael Serrano es "Ya ves"]
A veces yo también me canso. Incluso en las buenas épocas, que las hay y seguramente esté en una de ellas, me canso de sentirme frágil, de saberme inestable, me canso de la permanente montanya rusa en la que estoy montada. Porque sé que subo, y a veces el viento me da en la cara y me refresca y sonrío, y estoy allí arriba rozando las nubes con la mano, perdida -¿encontrada?- en un abrazo o compartiendo risas, vecina de pájaros, estrellas y demás habitantes del cielo, feliz si es que la felicidad son esos instantes a los que no hay que pedirles más sino saborearlos y guardarlos para cuando hagan falta más adelante...
...pero pareciera que mi rodilla es débil y que en cualquier momento hace crac, tropiezo y caigo, la montanya rusa sigue su camino y bajo cada vez más rápido, caida en picado hacia el suelo, loopings en los que te mareas, todo el cuerpo se revuelve en sacudidas rápidas e inesperadas y tienes que cerrar los ojos porque mirar te da demasiado miedo. Y te olvidas de que hace unos instantes paseabas entre nubes porque ya sólo hay la angustia de saberte de porcelana, ninya de cristal a punto de romperse en mil pedacitos, lanzada violentamente hacia abajo, tierra que se acerca peligrosamente para tragarte -y ojalá lo hiciera.
Los ojos se empanyan y la voz se entrecorta, como ayer, como manyana; y lo peor es que esta sensación que te atrapa te convence de que siempre estará detrás, que siempre será la música de fondo que te acompanye aunque a veces te crezcan alas y vueles. Que tu risa tiene siempre los minutos contados para verse sustituida por lágrimas, que esos instantes felices se escapan siempre de las manos como arena que se escurre entre los dedos, que incluso en las mejores rachas hay que encerrarse en el banyo para que no vean cómo te deshaces, que nunca dejas de ser dos.
Y a veces me canso, no de ser hombre, no de ser mujer... me canso de ser montanya rusa eterna. Me canso de ser Yo.
[La imagen que encabeza este post es de la galería que Kwo tiene en flickr, a la que puedes acceder AQUÍ. El primer párrafo es una cita del poema "Walking Around" del chileno Pablo Neruda, y la canción a la que hago referencia de Ismael Serrano es "Ya ves"]
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