martes, 13 de febrero de 2007

Con lo seguro que es el metro, oiga

Los taxistas nunca me han inspirado confianza.
La salud mental de una persona que se pasa el día al volante soportando motoristas kamikazes, bozinazos, obras y demás elementos desquiciadores del tránsito urbano cotidiano me parece, como mínimo, cuestionable.
Un par de experiencias personales reafirmaban mis suposiciones.

Un día cualquiera, Plaza Universidad, Barcelona,3:oo a.m:

- A Aribau con Avenida Diagonal, por favor.
- ¿Vas de fiesta, guapa?
- Sí
- Claro, si es que hay que disfrutar. A mi me lo dicen cada día unos angelitos que vienen a visitarme por la mañana. Nada más abrir los ojos ellos están ahí, a los pies de mi cama y siempre me dicen: "Hay que vivir la vida, hay que vivir la vida..."
- Déjeme aquí mismo que ya me va bien. Gracias.

Otro día cualquiera, Plaza España, Barcelona, 8:30 a.m:

- A Carretera de Sants con Rambla Badal, por favor.
- ¿Hay que ver como está el tráfico,eh? Yo es que me pongo negro...
- Ya
- ¿Sabes lo que me gustaría realmente?
- Pues no...
- Yo lo que quisiera en días como este es tener una recortada y poder ir disparando por la ventanilla...
-Puede dejarme aquí mismo, ya me va bien. Gracias.

En fin, a pesar de todo y después de haberme encontrado con esto por la blogosfera quizá cambie de opinión, quizá...

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