jueves, 27 de abril de 2006

Cuando llueve

Le he requisado la pelota a Perra-Foca.
Era estrictamente necesario para su supervivencia.
No bebía ni comía por no sacársela de la boca. ¿Quién iba a pensar que los Lunnis podían resultar tan nocivos para la salud de alguien?
Mientras ella ronca yo recuerdo que tengo una lavadora tendida mientras oigo llover (maldita sea).
Siempre que llueve echo de menos algo, es inevitable.
Ahora mismo estoy echando de menos que nos enredemos en mi manta azul y me olisquees el pelo.

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