lunes, 25 de junio de 2007

H de Hechizos

Madre me pide que la acompañe a la iglesia para recoger agua bendita.
- Es vital para el conjuro- dice, muy seria
- Ya, pero es que yo tengo que coger un tren y voy tarde...
- Ay, no seas así...acompáñame, ya sabes que me da pavor entrar a una iglesia sola.
- Claro, entrar a una iglesia sola te da miedo y formar un akelarre en la playa en plena noche,no.
Ignora la observación y continúa, zalamera:
- Vamos, si será un momentito...¡Y esta noche pongo una velita para ti también!
Yo sonrío y asiento con la cabeza.
Ella prosigue con una largo paloteo sobre las velas que necesita comprar, los colores adecuados, lo que hay que escribir en ellas, el momento en el que se deben encender, qué se debe hacer con ellas luego...
Y yo sonrío y asiento con la cabeza.
Porque ella ya tiene toda su atención concentrada en los detalles de su liturgia particular.
Pero sobretodo porque no quiero decir en voz alta, no sé si en consideración a ella o a mí misma, que yo ya no creo en la magia.

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