jueves, 12 de julio de 2007

J de Jesús Bienvenido Saucedo

¿Quién sabe del que sepa ahogar mi llanto?
¿Quién sabe del que sepa curar heridas?
¿Quién sabe del que sepa de desengaños?
Quién sepa del que sabe, que me lo diga.

¿Quién sabe de exorcismos y santerías?
¿Quién de expulsar demonios que arañan dentro?
Que el amor al diablo a veces se alía
y no hay Dios que los saque fuera del cuerpo.

¡Quién sabe del que sepa,
que me alivie del castigo
de vivir viviendo a espaldas
de este sin vivir que vivo!

¡Quién libra del cautiverio
a este corazón cautivo!
Quién me dice del que sepa,
porque yo ya me he rendido.

¿Quién sabe unir los trozos de un alma rota?
¿Quién tiene la virtud de cambiar la suerte?
¿Quién puede dar asilo a esta triste boca
que anda, por otra boca, herida de muerte?

¿Quién sabe del dolor que causan los besos
que esperabas y nunca quisieron darte?
¿Quién sabe si el amor no es la gran mentira
que el desamor se inventa para atraparte?

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