lunes, 16 de enero de 2006

Transparencias

Yin.Yang, de Gnawthepaw

Hubo un tiempo en el que era distinta. Fui mole impenetrable, recluida tras muros demasiado altos como para escalarlos, protegida por un foso guardado por cocodrilos. Nadie sabía qué pensaba, qué sentía -tal vez ni siquiera yo-. Me creía fuerte y segura tras mi armadura con cerradura secreta, una chicarrona del norte, me decía. Salir de mi armadura me costó un mundo, fue un camino más que largo, pero lo recorrí. Y elegí una vía distinta, seguramente por haber pasado demasiado tiempo guardando las apariencias, disfrazada aunque no fueran Carnavales.

Elegí el camino de la transparencia. Y como no tengo medida, hoy soy ninya-transparente como pocas, libro abierto. Tiene sus riesgos, es un poco como ir por la vida con un mapa de tus puntos débiles ahí, al descubierto, pero es mi elección. Me gusta la gente transparente y me gusta serlo a mi vez.

No me gusta guardarme las cosas agradables que me vienen a la cabeza en la relación con los demás. Si conozco a alguien y me parece que tiene una voz bonita, lo más probable es que se lo diga aunque no venga a cuento, y no estoy intentando ligar... simplemente me sale decírselo. Si me siento muy a gusto, también seguramente no tarde en decirlo; si leo algo que me llega, me gusta hacérselo saber a quien lo escribió. Y así me voy moviendo... pero quizás la gente no está acostumbrada.

Y esto viene a cuento de que el otro día una llamada telefónica de un muchacho que estoy conociendo me hizo sonreír, y cuando le mandé un mensaje diciéndoselo, porque así me salió, recibí otro en respuesta que me decía algo como "qué chungo tu mensaje, no?". Hombre, pues no. Te digo que me has hecho sonreír -cosa que, por cierto, tampoco es difícil, soy una ninya risuenya y de sonrisa fácil-, y no implica nada más que eso, no te estoy diciendo que vivamos juntos ni que me haya enamorado, sólo compartía una sonrisa. Pero tú mismo.

Esto podría querer decir dos cosas. Una, que la gente no está acostumbrada a ninyas-transparentes libro abierto, pero no es algo que me preocupe excesivamente, estoy muy convencida de mi decisión como para cambiar ahora. Y dos... que atreviéndome a generalizar -no lo hagan en sus casas!- diría que las relaciones entre hombres y mujeres están tan tenyidas de apariencias, de ahorasí-ahoranós, de palabras medidas y qué-querrá-escuchar, qué-espera-de-mí... que pensar en comenzar una relación de pareja me echa para atrás directamente. No porque esté bien sola, que puedo estarlo o no, pero me gusta más estar (bien) acompanyada. Pero estoy cansada de juegos, de palabras medidas, de velos; y se dirían imprescindibles dentro de cualquier seducción. Supongo que tengo bastantes juegos de escondite en mi vida, como para echarme más juegos agotadores a la espalda. No, gracias.

Soy transparente. Y la seducción y las transparencias sólo se llevan bien cuando estás hablando de ropa... ;-)

[Escuchando "Golfa", de Extremoduro]

[La imagen que encabeza el post está sacada de la Galería de Erzsebet, a la que puedes acceder AQUÍ]

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