miércoles, 19 de septiembre de 2007

8. Las citas (III)

Llevaba chateando con él unos meses, ya dije que era muy lenta para todo, ajjajaja. Tenía un año más que yo, estudiaba psicología y una conversación divertida e interesante, (ilusa).

Me dijo oye en éste puente podíamos quedar un día y yo me dije, bueno por qué no, será divertido, (ilusa). El plan era un cine y tomar algo. Dos días antes, me dice por el msn que está pelado de dinero porque ha salido con unos amigos, (eso ya me pareció lo más raro del mundo, en fin), le digo que si quiere lo dejamos para otro día (más que nada por qué pensé que no quería salir y esa excusa le había parecido buena, jejej)y me dice que no, que quedamos a tomar algo.

Día D, hora H, en el Oso y el Madroño. Nos vemos, dos besos y lo primero que me dice, pues sí que eres bajita, jajajajajja (yo sólo pensaba ésto se lo tengo que contar a R., y eso que no había empezado lo mejor).¿Vamos a un pub irlandés qué conozco?, me dice que no, que él quiere un café. Joeee, ésto no era tan difícil hace unos años, ajjajaja.

Nos sentamos en la cafetería y ahí empezó el monólogo. Porque yo cuándo acabe la carrera me voy a ir a sudamérica a un orfanato, sabes, porque me gustan los niños, tengo un sentimiento como muy paternal,bla, bla, bla... es que desconecté. Pagué los cafés, el pobre, estaba sin un duro, qué penita. Salimos a la calle y me dice oye que tengo que comprar unas cuerdas para mi guitarra vamos a mirarlas al Corte Inglés,(un momento, pero ¿no estabas pelado de dinero?), las compró.

Yo cada vez más aburrida y él con su monólogo. Pensé vamos al Fnac, allí al menos hay libros. Según estamos subiendo por las escaleras mecánicas vemos un cartel de Bob Dylan, lo señala y me pregunta que si sé quién es, ahí es cuándo pensé éste tío es imbécil del todo. Le digo que claro que sé quién es, y me revela que es su ídolo y que se inspira en él para tocar la guitarra (bien me alegro por ti, no sé si Bob Dylan dirá lo mismo). Subimos a los libros, le pido que espere que quiero mirar unos libros de arte, me mira y me dice uff qué aburrido. No puedo ahí ya no puedo ¿quién eres tú y qué has hecho con el tío que chateaba conmigo?.

Pero aún así salimos del Fnac yo dispuesta a no ser grosera, él sigue en su papel hombre sabio que va a descubrir el mundo a chica inocente (esa se supone que era yo). Estamos en la calle y damos una vuelta, de repente me dice que quiere ir al servicio, le digo, ¿nos tomamos la última? (yo ya tenía decidido que me iba a mi casa en breve) y me dice que no, que vamos a los servicios del Corte Inglés, jajajajaja, se me tuvo que quedar una cara de gilipollas que pa' qué.
Y ahí estaba yo en la cola del baño deseando coger el autobús y contárselo a R. para que se riera a mi costa un rato, para que veáis que soy buena amiga y me gusta repartir felicidad.

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