jueves, 30 de marzo de 2006

Me-me lo cuentas?

Te-te lo cuento, vale... sobre todo al Hámster y a cierta Sonrisa Extranya que me lo han pedido... Repaso mental:

Hace 10 anyos, yo... me rompía oficialmente, aunque llevaba un anyo rota, enmascarado bajo "la crisis de la adolescencia". Ante el barco yéndose a pique empezaban las movilizaciones, primero l-e-e-e-e-e-n-t-a-s y sin querer aceptar nada. Luego, la búsqueda de parches y etiquetas. Me perdí el viaje de fin de curso, porque los Yos hechos pedacitos no deben coger aviones (algo de los cambios de presión). Marzo del 96, mes negro, el primer marzo negro. Rescatando algo bueno... mi hermano me dijo que me quería. No me lo había dicho (ni demostrado, ni probablemente lo sintiera) desde... el 84, creo.

Hace 5 anyos, yo... descubrí muchos motivos para sonreír. Conocí en persona a quien sería mi pareja unos anyos, cómplice, companyero, amante, amigo. En el periodo de los 31 días de marzo pasamos del teléfono y los mails (éstos venían de meses atrás) al encuentro en persona, esa fuente de Callao, él de traje y maletín pensando "si es una ninya!", yo ni recuerdo cómo, pensando "si es un senyor!", y los dos equivocándonos, claro. Un café bombón interminable en el Café y Té de Sol, y los dos tomándolo igual, aguantando el amargo del café solo para poder disfrutar después de la leche condensada. Tres días después, un desayuno juntos celebrando su cumpleanyos, y él recordando que me gustaba la vainilla. Otro día más tarde, despertar juntos en una casa llena de gente venida de aquí y allá. Y siete días más allá, un cine, un volcán en el Hawaiano, una flor y un collar, una promesa estratégica de arroz con leche y el primer beso de madrugada (han leído bien: primero el despertar juntos, una semana después un primer beso). En el mismo mes, un primer paseo por El Retiro, escuchando a Sabina. Laaaaaaargas conversaciones telefónicas. Marzo del 2001, mes de descubrimientos.

Hace 1 anyo, yo... me perdía en mí, de nuevo, como ayer, como manyana. Marzo volvía a ser negro, negro como el del 96, angustia y lágrimas encarnadas. Ausencias que oprimían, casas que asfixiaban, traspiés continuos, aire que se escapaba de mi garganta y se negaba a volver. Pensamientos desatados. Desesperanza, cansancio. Agotada, dibujé el "hasta aquí" a dos meses vista. Todos mis finales empiezan en marzo.

Ayer yo... trabajé en un sitio que me gusta, haciendo cosas que me gustan. Lloré unos minutos en el banyo del curro, porque soy un vaso lleno de mí y me derramo enseguida estos días. Me lavé la cara y me volví a colocar la sonrisa y el "másomenos-gracias". Me reí bastante en la comida en un chino. Visité varios blogs, charlé un rato por Internet, esperé un par de cosas que no se produjeron. Mandé un mensaje a alguien especial. Me dormí viendo una serie en la tele.

5 lugares especiales para mí:

1. El Retiro, en general. El lago chiquito frente al Palacio de Cristal, en particular.
2. La fuente de Callao, y no sólo por el encuentro de hace cinco anyos.
3. Marrakech entera, y concretando, la Plaza de la Djemaa El Fna. Fiesta de Vida, despertar de los sentidos (y patrimonio oral de la humanidad, ya que estoy).
4. Bonn. Su Blindengarten, su playa, el Japanische Garten, el lago del Rheinaue, la plaza de los Numenoreanos (que no se llama así, claro), el mercado de Navidad. Bonn.
5. Valencia, en casas repartidas, y la Playa de la Malvarrosa. Una playa, cualquier playa. Un mar, cualquier mar.

5 mayores alegrías para mí:

1. Mi prima. Verla sonreír, verla crecer, que comparta sus suenyos, sus vivencias, sus miedos... conmigo.
2. Mi curro. Saber que lo hago bien, saber que es útil, saber que sirve para algo, saber/creer/sonyar que cambiamos un poquito el mundo.
3. Montarme en las sillas voladoras allá donde encuentre esa atracción. Sentir que vuelo.
4. Dormirme cuidada en una casa refugio en tierras valencianas, o esa otra en Rivas, o en mi casa-a-veces-luminosa con alguien susurrando a mi oído.
5. Los encuentros-tesoro en los que puedes ser tú misma sin freno, que empiezan con unas canyas que se alargan y se alargan... las noches de charla interminable entre amigos.

Y me da la gana de que haya 6 y 7, porque se me ocurren y no voy a ser cicatera en Alegrías precisamente. Así que...

6. La risa contagiosa, siempre contagiosa, de un pequenyajo. La sonrisa de un bebé, sin dientes, sincera. Los ojos de esos adultos que también son ninyos, que sonríen a la vez que los labios. Provocarlo yo.
7. Las tardes de sofá, maratones de Friends, cosquillitas suaves en el brazo, trenzarte el pelo, todo confianza, cercanía, calidez.

5 cosas que me gusta comer:

1. Pollo a la cerveza, mejor si son muslitos.
2. Alitas de pollo (ya, como venga la gripoe aviar me da de lleno)
3. Tortilla de patatas (con cebollita y el huevo sin cuajar)
4. Macarrones "mi hermano" (o refritos con choricito, un poco tostados algunos, y nyam!!)
5. Algodones de azúcar, gigantes, inmensos. De lo que se come, se cría.

5 juguetes favoritos:

1. Los click de playmobil
2. Los Pin y Pon
3. Los juegos de médicos (me-di-ci-na y nada más, mentes calenturientas!)
4. Una maletín que tenía dentro una mini-oficina y una máquina de escribir de verdad (pero rosa, eso sí)
5. Peluches abrazables (éste se mantiene en la actualidad)

Y pensando en víctimas... primero iba a dejarlo en blanco y luego he pensado en algunos de los que me gustaría leerlo. Si eres Spica, Juanjo, Juankar o Belver y, sobre todo, por un azar extranyo, también te apetece responderlo, yo estaré encantada de leerte. Aunque es tontería, porque en realidad YA estoy encantada de leer lo que escribís sin necesidad de instrucciones previas.

(Y ya lo sé, ha quedado laaaaaaaaaargo, laaaaaaaaaargo. Mi incapacidad de síntesis, de nuevo. Pero esta vez, las reclamaciones al Hámster y al que sonríe raro, por favor)

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