viernes, 24 de marzo de 2006

Periciazina

Neo parando las balas, en Matrix Reloaded

Gran Revelación: me gustó MATRIX. Me gustó la primera película, como a la inmensa mayoría de la gente que conozco, por su originalidad, su estética, sus planteamientos, sus interrogantes... me encantó descubrir a Neo, Trinity, Morpheo...

Pero es que fui más allá. Y me gustó la segunda película. Sí, me siguió gustando, no pensé que la hubieran cagado, es que la volví a disfrutar. Y me gustó la escena en la que ellos dos hacen el amor mientras en la gran sala un montón de gente se entregaba al baile, sudorosos y apasionados en las dos escenas, canto a la Vida. No me pareció de relleno, no me pareció larga, me gustó sin matices.

Y no me quedó ahí... que es que me gustó la tercera, oiga. No pensé que cómo se sacaban de la manga absurdas explicaciones que no llevaban a ningún lado, ni me pareció ridículo el discurso del Arquitecto, ni nada de nada. Es que me gusta Matrix, oiga.

¿A cuento de qué hablo hoy de Matrix? Ha sido una asociación de pensamientos por culpa del título del post (siempre escribo el post y luego pongo el título, y hoy he hecho al revés). Periciazina. Gotas que disuelves en algo dulce -yogur, natillas- porque saben tan mal que si no, arcadas al notarlas en la lengua. Gotas que te frenan, que te permiten descansar cuando tienes una crisis cada dos-tres días, de esas que te agotan, te desesperanzan, te dejan sin fuerzas y sin ganas de nada. Gotas marrones que distorsionan el tiempo. Como en Matrix, cuando Neo veía venir las balas, veía su camino, y le daba tiempo a echarse un lado y esquivarlas, una a una.

Y no eres más cascada, ya no, ahora eres grifo mal cerrado que gotea poco a poco. Y el suenyo te atrapa y te despiertas tarde y mal, medio dormida todo el día, ralentizada. Y lo agradeces un poco, porque estabas entrando en la corriente vertiginosa de pensamientos destructivos, voces incesantes en la cabeza, aire que se escapa y se burla en tu cara desde lejos porque eres incapaz de llegar a él, desesperanza, desesperanza, desesperanza, conciencia del tiempo que llevas así, de los once anyos reales, diez reconocidos, la palabra "crónica" volando sobre ti, riéndose desde arriba, el cansancio feroz que te desgarra, ideas disparadas en tu cabecita loca.

Matrix. Periciazina. Para el tiempo, ve a distinta velocidad que el mundo exterior. Ralentiza todos los pensamientos, ya que no saben discriminar todavía entre lo enfermo y lo sano. Frénate, ninya, descansa un poco. Ve venir las balas y esquívalas, que van despacio, leeeeeeentas, l-e-e-e-e-e-n-t-a-s hacia ti. Salta y gira en el aire, la gravedad no existe, todo está en tu imaginación, la realidad es ambigua y hay tantas como percepciones. Si no aguantas con tu realidad, Periciazina. Unos días. Si no aguantas contigo, Periciazina. Unos días. Aunque este Tú tamizado seas sólo tú, en minúsculas. Pero si la Mayúscula sólo sabe regalarte lágrimas rojas, mejor que se aleje unos días. Sólo unos días, mi ninya.

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