martes, 5 de mayo de 2009

Reencuentros

Hace apenas tres meses escribía en el post sobre otra despedida que llegaba, sin aeropuertos, sin flores, sin nada, sólo un nuevo adiós que me dejaba más vulnerable, más desnuda, a la intemperie, escribía entonces.

Y ya digo, han pasado tres meses y volvemos a vernos, vuelvo a contar contigo como apoyo y soporte, como bastón en el que sostenerme para caminar más rápido, más estable, con tu ayuda pero sola a la vez. Me alegra saberte ahí, me alegra que antes de que yo te lo dijera ya supieras los cambios que ha habido, las novedades, mi reincoporación al trabajo, mi jornada temporalmente reducida... como me dijiste cuando nos despedimos meses antes, ibas a seguir pendiente de mí, y lo habías cumplido. Gracias.

Ahora queda seguir adelante, afianzar los logros conseguidos en este tiempo y afrontar los nuevos retos que están por venir. Hay cosas que me dan miedo, como ese mes al principio del verano en el que uno de mis pilares se va lejos y tendré que aguantar sin él (si pudiera establecer relaciones menos dependientes, otro gallo me cantaría), pero confío en que juntos tracemos un plan de acción que me ayude a sobrellevar mejor esa ausencia... ahora al menos no se sumará a la tuya.

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